El clásico ha confirmado el bajo nivel de los dos colosos del fútbol español, era un partido donde no se exigía mucho para desequilibrar al rival, y el Real Madrid empezó con un hándicap: el planteamiento de Ancelotti.
En la primera gran prueba del nuevo proyecto blanco, Ancelotti me ha terminado de decepcionar. ¿Cómo pretende hacer el “fútbol espectacular” que de momento sólo ha predicado en las ruedas de prensa? Es intolerable que tras la marcha de Mourinho bajemos uno o dos peldaños, porque no venimos de una época dorada donde haya una plantilla saciada y porque en teoría era fácil superar el trabajo de Mourinho. Sin embargo; no sólo parece una utopía que Ancelotti sea el entrenador apropiado para dotar de un dominio en el juego a este equipo, es que se ha perdido la identidad que sin duda era la gran herencia de Mourinho: la competitividad.
La primera parte fue tan desconcierto para los madridistas que veíamos el esquema táctico, como para los propios jugadores en el terreno de juego. Quisiera romper una lanza en favor de Bale, cuya inmersión en el once está siendo una mala gestión del cuerpo técnico. Es palpable que esta crudo y que no es el mejor caldo de cultivo el actual estado de inmadurez del equipo.
Pese a todo, el Real Madrid pudo conseguir una remontada con la salida de Illarramendi en la segunda parte, pero Ancelotti ni fue valiente, ni terminó de dar con la tecla dejando a Khedira –con una amarilla- en el campo y sacando a Di María por Jesé.
Decisiones arbitrales aparte, o la suerte de cara al gol de uno y otro equipo, el principal motivo que declinó la balanza en favor del Barça fueron las desafortunadas decisiones de Ancelotti. Que en la posterior comparecencia ante los medios, echó la gota que colmaba mi vaso: “el objetivo de poner a Ramos en el medio era el de dar equilibrio”.
El técnico italiano demuestra en esas declaraciones estar en las antípodas de lo que llama “fútbol espectacular”. El tópico del “músculo y equilibrio” es el que por ejemplo dejó atrás la selección española al sustituir a jugadores como Albelda por los “jugones”. El fútbol moderno: corte y confección. Sobretodo confección.
Llegados a este punto, me planteo que quizás sea un debate más profundo, en el que Florentino tenga gran parte de culpa en los intentos fallidos de un proyecto con éxito y que deje legado. Pero la temporada es larga y hay que tener un talante optimista aunque haya argumentos que nos inviten a lo contrario. Ojala alcancemos las metas que todos esperamos.
En la primera gran prueba del nuevo proyecto blanco, Ancelotti me ha terminado de decepcionar. ¿Cómo pretende hacer el “fútbol espectacular” que de momento sólo ha predicado en las ruedas de prensa? Es intolerable que tras la marcha de Mourinho bajemos uno o dos peldaños, porque no venimos de una época dorada donde haya una plantilla saciada y porque en teoría era fácil superar el trabajo de Mourinho. Sin embargo; no sólo parece una utopía que Ancelotti sea el entrenador apropiado para dotar de un dominio en el juego a este equipo, es que se ha perdido la identidad que sin duda era la gran herencia de Mourinho: la competitividad.
La primera parte fue tan desconcierto para los madridistas que veíamos el esquema táctico, como para los propios jugadores en el terreno de juego. Quisiera romper una lanza en favor de Bale, cuya inmersión en el once está siendo una mala gestión del cuerpo técnico. Es palpable que esta crudo y que no es el mejor caldo de cultivo el actual estado de inmadurez del equipo.
Pese a todo, el Real Madrid pudo conseguir una remontada con la salida de Illarramendi en la segunda parte, pero Ancelotti ni fue valiente, ni terminó de dar con la tecla dejando a Khedira –con una amarilla- en el campo y sacando a Di María por Jesé.
Llegados a este punto, me planteo que quizás sea un debate más profundo, en el que Florentino tenga gran parte de culpa en los intentos fallidos de un proyecto con éxito y que deje legado. Pero la temporada es larga y hay que tener un talante optimista aunque haya argumentos que nos inviten a lo contrario. Ojala alcancemos las metas que todos esperamos.
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