Después de un verano muy intenso, por fin podemos decir los madridistas que Gareth Bale ya está aquí. Han sido meses de duras negociaciones con Daniel Levy, presidente del Tottenham, un tipo muy duro de roer cuando se trata de negociar un traspaso pero, finalmente, 91 millones de euros tienen la culpa de que uno de los mejores jugadores del momento haya recalado en el mejor club del mundo, el Real Madrid, un lugar reservado para las grandes estrellas.
Ahora, una vez conseguido su fichaje, toca analizar qué es lo que puede ocasionar su presencia dentro de la actual plantilla. Debemos tener en cuenta que hay un jugador que destaca por encima del resto que es Cristiano Ronaldo, y la llegada del jugador galés podría trastocar su estatus dentro del grupo. Cuando dos jugadores de primerísimo nivel se juntan en un mismo equipo como es el caso, pueden darse dos situaciones totalmente distintas. La primera es que el equipo en su conjunto salga enormemente beneficiado por la asociación de ambos jugadores en el terreno de juego, haciendo que todos sus compañeros se motiven y sean capaces de dar lo mejor de sí mismos para intentar conseguir todos los objetivos marcados a principio de temporada.
La segunda situación que se puede dar, y que va en dirección opuesta a la primera, es que los egos de los jugadores en cuestión choquen por las ansias de ambos de destacar por encima del otro y, en consecuencia, se produzca un grave perjuicio entre los compañeros, que podrían contagiarse de la tensión que previsiblemente se generase entre las dos estrellas y acusar una falta de concentración en los partidos por no saber, coloquialmente hablando, “hacia dónde tirar”.
En cualquier caso, Cristiano es un jugador ambicioso, un ganador, y sabe que para ganar debe hacer lo que sea mejor para el equipo y, en este caso, lo mejor es su asociación con Bale, un jugador también muy competitivo que va a hacer todo lo que esté en su mano para triunfar en el Real Madrid. No son jugadores egocéntricos, por lo que estoy seguro que se van a compenetrar a las mil maravillas. Aquí no ocurre como en el Barça. Aquí no está Messi, ese pequeño dictador argentino que se cree algo parecido a Dios y piensa que todos deben jugar para él y no permite que nadie destaque por encima de su figura (por cierto, pobre Neymar, la que le espera al chaval).
Va a ser una muy buena simbiosis la del galés y el portugués de la que tengo una confianza absoluta en que van a salir grandes cosas y yo, como gran madridista que soy, me siento un privilegiado por tener la oportunidad de poder vivirlas y contarlas. Y estoy seguro que la mayor parte de los madridistas se sienten igual que yo. Por eso, me veo en la obligación de terminar esta entrada dando las gracias a Florentino Pérez y al club en general por darnos la oportunidad a los aficionados de poseer tan digno sentimiento de privilegio. Gracias de corazón.
Ahora, una vez conseguido su fichaje, toca analizar qué es lo que puede ocasionar su presencia dentro de la actual plantilla. Debemos tener en cuenta que hay un jugador que destaca por encima del resto que es Cristiano Ronaldo, y la llegada del jugador galés podría trastocar su estatus dentro del grupo. Cuando dos jugadores de primerísimo nivel se juntan en un mismo equipo como es el caso, pueden darse dos situaciones totalmente distintas. La primera es que el equipo en su conjunto salga enormemente beneficiado por la asociación de ambos jugadores en el terreno de juego, haciendo que todos sus compañeros se motiven y sean capaces de dar lo mejor de sí mismos para intentar conseguir todos los objetivos marcados a principio de temporada.
La segunda situación que se puede dar, y que va en dirección opuesta a la primera, es que los egos de los jugadores en cuestión choquen por las ansias de ambos de destacar por encima del otro y, en consecuencia, se produzca un grave perjuicio entre los compañeros, que podrían contagiarse de la tensión que previsiblemente se generase entre las dos estrellas y acusar una falta de concentración en los partidos por no saber, coloquialmente hablando, “hacia dónde tirar”.
Va a ser una muy buena simbiosis la del galés y el portugués de la que tengo una confianza absoluta en que van a salir grandes cosas y yo, como gran madridista que soy, me siento un privilegiado por tener la oportunidad de poder vivirlas y contarlas. Y estoy seguro que la mayor parte de los madridistas se sienten igual que yo. Por eso, me veo en la obligación de terminar esta entrada dando las gracias a Florentino Pérez y al club en general por darnos la oportunidad a los aficionados de poseer tan digno sentimiento de privilegio. Gracias de corazón.
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