Pagar 30 millones de euros por una promesa, pues una promesa es pese a que se le pueda auspiciar un futuro esplendoroso, es simplemente una liberalidad. Ni aún en el caso de que Ancellotti lo hubiera señalado como inexcusable, que no creo, sería admisible.
Para fijar el justiprecio de cualquier cosa, uno de los métodos más utilizados es compararlo con alguna operación de similares características.
Pero hay más, que la Real no se avenga a negociar me parece ilustrativo del papel que el señorío nos hace afrontar. Hace cuatro años pidió al Real Madrid que fuera gratis a celebrar el Centenario. El Madrid accedió y hoy se remiten a la cláusula. Señorío, si señor. Y encima que le darán una pasta que no merecen tildarán al Madrid de chulo, prepotente e imperialista, al tiempo. Y después querrán también más derechos de televisión, pero que le sigan pagando la morterada por chavalines. Pues vale.
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